Buenos días/tardes/noches!
Madre mía, hacía mucho que no hacía un post, más de año y medio, y en este tiempo ni si quiera me he acordado del blog, es más, ni recordaba el nombre.
Lo que me ha llevado a escribir esto es el paso del tiempo (como bien podéis ver en el título). He estado leyendo las entradas y tanto yo como mi vida ha cambiado desde entonces, en la mayoría de los aspectos para mejor, y resalto la cantidad de bellísimas personas que he conocido. En este tiempo he tenido buenos y malos momentos, como todos en año y medio, he conocido lo que es el amor y, más recientemente y por desgracia, el desamor.
Ya no soy aquella niña de 15 años, he madurado y se me ha bajado el pavo (el que tenía y no me daba cuenta, lo he visto al releer el blog), todo el mundo cambia y yo también. Tengo más cosas que contar y espero que con más perspectiva que hace dos años.
Con este redescubirmiento, si se puede llamar así, me ha entrado morriña, la verdad. Hay cosas que me gustaría compartir, por lo que puede que a partir de ahora me pase por aquí (si mi tiempo libre de estudiante de segundo de bachillerato me deja).
De momento nada más por hoy, es tarde y esto ha sido (demasiado) improvisado. Espero que estéis aquí para esta nueva etapa bloggera (really, Elisa?).
Hasta la próxima, no sé cuándo.
Firmado:
LA OVEJA NEGRA
PD: La obsesión con los paréntesis no ha cambiado.
